EL SUR TAMBIÉN EXISTE

Si fuesen míos los paños bordados de los cielos, tejidos con luz de oro y plata, los paños azules, sombríos y oscuros de la noche, la luz y el crepúsculo, los tendería a tus pies. Pero yo, siendo pobre, sólo tengo mis sueños. he esparcido mis sueños bajo tus pies. Camina suave porque pisas mis sueños. w.b. Yeats





"Pero aquí abajo abajo,cerca de las raíces,es donde la memoria ningún recuerdo omite. Y hay quienes se desmueren y hay quienes se desviven y así entre todos logran lo que era un imposible. Que todo el mundo sepa que el Sur también existe" Mario Benedetti.


"Un escritor es algo extraño. Es una contradicción y también un sinsentido. Escribir es aullar sin ruido" M. Duras http://t.co/


jueves, 16 de julio de 2015

PRÓLOGO DEL LIBRO "EL ECLIPSE Y LOS VIENTOS" 1º PREMIO EN NARRATIVA 2013.CEN EDICIONES

                                      Fantasma-de-Vermeer-Van-Delft (DALÍ)



Prólogo

Es con beneplácito que desde las antípodas decidí aceptar la solicitud de la laureada escritora argentina Ana María Manceda, de escribir un prólogo al libro con el cual obtuvo Primer Premio de narrativa en el certamen internacional “Huellas Contemporáneas – CEN Ediciones 2013”; el mismo  tuvo lugar en Córdoba, Argentina, con participación de escritores de dentro y fuera de fronteras.
Nacida en Tucumán, a la edad de un año su familia se trasladó a la ciudad de La Plata, donde cursó estudios primarios, secundarios y estudios universitarios  de Ecología. Posteriormente se estableció en San Martín de los Andes donde realizó trabajos de investigación como docente de nivel secundario en el C.E.P.E.N. No. 13 en las cátedras de geografía y biología.
Hace unos catorce años Manceda inició lo que llegaría a ser una promisoria carrera literaria al intervenir con éxito en distintos certámenes a nivel nacional e internacional; el logro de obtener con facilidad menciones de honor y primeros premios en diversos concursos la llevó a figurar en varias antologías. Es significante destacar su participación en el Libro de los Cien Años, –premio especial de editores argentinos–, que comprende una amplia temática de la educación en San Martín de los Andes. En el pasado ha recibido lauros que la han proyectado fuera de fronteras, tanto en el género de prosa como en poesía. No me es posible mencionar aquí todas las distinciones alcanzadas, pero es de destacar que en 2008 obtuvo Primer Premio en el Certamen Internacional “Artes y Letras” de dicho año en narrativa por su obra “Derrumbe”, (Editorial Novelarte de Córdoba).
Sus relatos han aparecido en antologías y revistas tales como Hontanar, de Australia, que desde 1991 y durante varios años se publicó impresa, y desde 2003 en formato digital, hoy leída en no menos de treinta y cuatro países, ya que la diáspora de inmigrantes procedentes de países hispanos se ha extendido a muchas naciones.
En “El eclipse y los vientos” Manceda despliega su imaginación y su vena poética en una forma por demás persuasiva, con pinceladas de diversas tonalidades en las que destaca la música. Si bien se inicia con un viaje, lo cual puede ser interpretado en más de un sentido como se podrá apreciar más adelante, es la ciudad de Buenos Aires la que se nos presenta como telón de fondo al comenzar esta historia. La acción se inicia en los famosos “conventillos” mencionados en tantas obras que hoy son verdaderos clásicos, ya sea en la literatura como en la música popular –en especial el tango– que en la cultura rioplatense llegó en las postrimerías del siglo pasado a cumbres que resonaron como ecos en Europa, en toda América y otras regiones del planeta.  En esos “hoteles improvisados”, encontramos en El eclipse… inmigrantes que recalaron en el Río de la Plata durante tantas décadas, de una diversidad tal que se nos aparecen como peones de una partida de Ajedrez, pero la música, en este caso las Cuatro Estaciones de Vivaldi, se va a convertir en el verdadero núcleo de un ambiente de gran diversidad étnica.
La agitada vida de la sociedad argentina es proyectada aquí con nostalgia, con gran destreza y sin tonos hiperbólicos, pues la historia de su país ha sido de una  gran complejidad, con altibajos –trágicas actitudes del grupo castrense–, seguidos por períodos de calma que permitían un desarrollo más equilibrado y positivo. Estos eventos pueden justificar la idiosincrasia de un pueblo noble que acepta su destino, confía en el Sumo Hacedor y procura mirar hacia adelante. Es la vehemencia de uno de los personajes en mantener la obra de Vivaldi como su meta primordial, el motor que mantiene la trama de un relato que pese a su claro realismo admite metáforas.  En la mente del protagonista se produce un “eclipse”; algo inusitado cubre por un instante el brillo de su reflexión, para que sin una explicación racional, comience a “vagabundear por caminos incomprensibles”.
El tema de la política y sus vaivenes surge en el deseo de aquel personaje de conocer al músico que ha logrado con su violín hacer de la obra de Vivaldi una maravilla que llena de felicidad a los afortunados que lo pueden escuchar. Aquel verdadero genio se encuentra en el Sur de la nación, y no importa la enorme distancia que deberá recorrer el obseso personaje, que con determinación no vacila en iniciar su viaje –y aquí se puede percibir el metafórico medio de que se vale la autora para compararlo con la vida del ser humano–, para alcanzar lo que le dará felicidad.  ¿Es nuestra existencia desde que nacemos hasta nuestra partida al más allá un simple viaje? En los primeros párrafos se nos indica que el protagonista leía y releía un libro de Alejandro  Dumas que su padre había encontrado en el asiento del tren:  “El Conde de Montecristo”.  El lector podrá dilucidar sus propias conclusiones.
Manceda da a esta historia un final inusitado; logra traernos a la mente algo que no figura en la misma, pero que posiblemente todos hemos podido percibir en el ciclo primario de nuestros estudios; aunque no exista ninguna atadura con lo que sucede en este interesante relato, es un prodigio que muchos hemos apreciado en la naturaleza. Se puede percibir en el ámbito de las larvas de los lepidópteros: una oruga gris que a nadie llama la atención procederá a construir su capullo que la convertirá en crisálida, para finalmente salir y exhibir todos los vibrantes colores que le dan la asombrosa belleza de una casi inexplicable aunque natural transformación.
Sin duda la lectura de esta historia enriquece nuestro espíritu, y al igual que otros trabajos de Manceda, es un aporte más a la excelente literatura que se produce de continuo en Argentina y en el resto del mundo hispano.
   Michael Gamarra,  editor y autor   
    Revista HONTANAR, Australia
    Cervantes Publishing